Antes de salir a disfrutar de esas merecidas vacaciones hemos de revisar muy bien los diversos elementos de nuestro vehículo para garantizar nuestra seguridad y la de los demás. Las ruedas nos mantienen en contacto con el asfalto y su buen estado garantiza que vamos a mantener estabilidad y agarre, por lo que antes de viajar hay que comprobar  que la presión es la adecuada y que su estado es idóneo para un viaje. Los neumáticos reciben en cada viaje numerosas agresiones externas que pueden acabar por hacer mella en su superficie y provocar en ellos los tan temidos pinchazos. Si suceden mientras estamos en marcha hay que mantener la calma, controlar el vehículo, apartarse con seguridad a una zona de seguridad donde no estorbemos ni supongamos peligro y bajar del coche con el chaleco de seguridad y la precaución  de no ocupar la vía para proceder a valorar la situación y repararla si es posible. ¿Qué ocurre si no sabemos cambiar el neumático? ¿Pueden multarnos?

Tranquilos, que bastante disgusto tenemos con el pinchazo en sí, siempre inoportuno y capaz de trastocar todos nuestros mejores planes. No nos van a multar por no tener la pericia suficiente para cambiar la rueda. Que quede claro que la respuesta es no. La Ley de Tráfico y Seguridad Vial  obliga a llevar la rueda de repuesto en buen estado y disponer de las herramientas necesarias para su cambio, pero no dice nada de quién va a realizar esa maniobra técnica.  Sí apunta que si el agente detecta un mal estado de alguna rueda (presión deficiente o desgaste del dibujo) la infracción  será de 200 por cada neumático, así que si hemos pinchado y viene la Guardia Civil a ayudarnos puede que acabemos multaos si detectan que nuestras ruedas no estaban en condiciones de viajar. Es obvio que todo conductor debería saber cambiar un neumático, ya que de lo contrario tendrá que contactar con alguien que lo haga por él, con la consiguiente perdida de tiempo, máxime si está en un paraje perdido e incluso incomunicado. Pero ese tema ya es un asunto personal.