Tener tu coche puesto a punto es uno de los puntos más importantes ya que nos aseguramos un adecuado funcionamiento además de una seguridad para su conductor y las personas que viajen en él. Hay que realizar de forma rigurosa un mantenimiento periódico de nuestro coche, pero la mayoría de personas no conocemos cuándo se debe hacer, por ello, en nuestro taller siempre nos indicarán cuándo es la próxima vez que debemos acudir. Pero, ¿En que se basan? ¿En los kilómetros viajados? ¿En el tiempo transcurrido entre revisión y revisión? o ¿En los años que tiene nuestro vehículo?
La mayoría de revisiones son realizadas según los kilómetros que se haya viajado con el coche, independientemente del tiempo que pase entre una revisión y otra. Cuántos más kilómetros se realizan mayor debe ser la revisión para prevenir cualquier detalle que pueda intervenir.
Cuándo nuestro coche ha viajado durante 10.000 kilómetros, es imprescindible revisar los niveles líquidos correspondientes a agua, aceite o frenos. Se debe revisar con bastante frecuencia la presión de las ruedas y el desgaste de las mismas para asegurar una buena conducción con nuestro coche.
A los 20.000 kilómetros, un coche debe ser revisado con mayor exactitud ya que debe ser cambiado los filtros de aceite y aire acondicionado. Así como las diferentes piezas de frenos u otros detalles importantes que deben ser sustituidas, ya que van siendo desgastadas con el rodaje y su vida útil suele estar rondando este kilometraje.
Una vez superados los 40.000 kilómetros, es importante comprobar el estado de los neumáticos y sustituir los discos de freno si aún no han sido cambiados. Y revisar todos aquellos puntos que no suelen hacerse en revisiones rutinarias sino con algo más de tiempo.
Además de las revisiones periódicas que se realizan en tu taller para comprobación de todos los puntos de nuestro vehículo, hay que pasar las revisiones predeterminadas de ITV según los años de vida que tiene tu coche.
Cuándo compramos un coche nuevo este no necesita pasar este tipo de inspección hasta los 4 años, a partir de esta fecha debe revisarse cada 2 años hasta cumplir los 10 años. Una vez cumplidos los 10 años, tu coche debe pasar la inspección de ITV de forma anual.
Es importante mantener las revisiones bajo la periocidad que se indican, pero también atendiendo los plazos señalados por la persona encargada de realizar estas revisiones. Por ello hay que estar siempre atento a las necesidades que pida tu propio coche y a la fecha de revisión marcada por tu mecánico.
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